08
Oct

DELICIAS DE MARKETING (II)

A vueltas con el Producto…con permiso del Marketing. 

El producto en restauración es, más que en otros sectores, una realidad totalmente poliédrica.

Feliz el Product Manager responsable de un detergente, que sabe exactamente dónde empieza y termina su producto. Feliz él o ella, a quien solo preocupa ponerlo en el mejor lineal, venderlo a un precio adecuado y con la mejor comunicación.

Nada más y nada menos.

En Restauración, si además unimos el factor servicio, nos encontramos con que, por lo que al Marketing se refiere, la primera de las 4 P’s de McCarthy se nos hace más difícil de explicar, valorar y gestionar.

Difícil sí, pero no imposible.

Qué fácil sería todo en Restauración si el producto fuera nada más, y nada menos, lo que ponemos en la mesa del cliente.

Y qué fácil sería el I+D, limitado a la investigación en la creación de nuevos platos. Determinar las armonías de sabores, texturas, temperaturas, colores, presentaciones, y plasmarlo todo en una carta, junto con el resto de nuestras creaciones.

Qué fácil sería determinar y gestionar el ciclo de vida de nuestros platos. Presentarlos por primera vez, testar su aceptación, ver cómo crecen y se consolidan en nuestra carta, aportando margen y/o volumen. Y qué fácil sería también ver cuándo un plato comienza, por determinación del cliente o de las tendencias y modas a perder vigencia. Cuándo se hace necesario tomar la decisión de dejarlo descansar o sustituirlo.

Pero nuestro producto, además de nuestros platos -entrantes, principales, carnes, pescados, postres- son también los vinos y bebidas que ofrecemos y con los que armonizan. No nacen, por lo general, en nuestro restaurante, pero vienen a aportar toda la personalidad de la que disponen y a completar el todo armónico que debe ser nuestra oferta de restauración para el cliente.

Y cuando todo está claro y ampliamos nuestra perspectiva, vemos que nuestro restaurante es, en si mismo un producto que, siguiendo la ya clásica definición, es un conjunto de atributos tangibles e intangibles que conforman un conjunto identificable capaz de satisfacer las necesidades de nuestras clientes.

De esta manera, el local es producto, la decoración es producto, el personal, la iluminación…

A estas alturas, ¿hay alguien todavía que piense que el profesional de Hostelería no debería conocer a fondo las herramientas que, desde la óptica de la gestión de producto, el Marketing le ofrece para llevar mejor su negocio?

Y el servicio…

El servicio, mejor, lo dejamos para una próxima entrega. (leíste la primera entrega? hazlo aqui )

Luis Salinas

Consultor en Salinas Restauración

 

 

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